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12 y le dijo: “¡Oye, tú! ¿Cómo hiciste para entrar, si no estás vestido para la fiesta?”

»Pero él no contestó nada. 13 Entonces el rey les ordenó a sus sirvientes: “Átenlo de pies y manos, y échenlo afuera, a la oscuridad; allí la gente llora y rechina de terror los dientes.”

14 »Esto pasa porque son muchos los invitados a participar en el reino de Dios, pero son muy pocos aquellos a los que Dios acepta.»

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